• Ordenamiento y Desarrollo Territorial

El Desarrollo Territorial tal como lo hemos señalado previamente es el proceso mediante el cual se acrecientan las capacidades de un determinado territorio en pos de hacerlo disponible para su uso en las tres dimensiones que orienta el Desarrollo Sustentable:   social, económica y ambiental. Las políticas públicas que se deciden como prioritarias, que luego se  implementan en diferentes escalas geográficas y las acciones que ellas encaminan, se materializan en el espacio físico. De este modo, la trilogía: sujetos, objetos y acciones, van delineando la configuración territorial, un proceso dinámico que debe ser permanentemente monitoreado con el fin de avanzar de manera progresiva hacia una aceptable calidad de vida para todo el conjunto de la población minimizando vulnerabilidades y riesgos.

En nuestro país desde el inicio del Siglo XXI se encaminó un proceso de Planificación Estratégica Territorial con el fin de identificar las fortalezas, debilidades y oportunidades de los territorios de nuestro país. Las diferentes jurisdicciones lograron alcanzar, en su gran mayoría, los Planes Estratégicos que orientaron normativas y posteriormente acciones. Sin embargo la dinámica que caracteriza a los procesos territoriales requiere de forma permanente el desarrollo de investigaciones que aporten datos, información y conocimiento de los sucesos y eventos que van ocurriendo y son cada vez más cambiantes en lapsos más pequeños. En ese sentido va esta línea de trabajo.

  • Hábitat social urbano y rural

El hábitat social comprende la problemática del hábitat informal, así como a las políticas habitacionales que se implementan. Si bien  se ha dado un mayor compromiso del Estado merced a un significativito incremento de recursos destinados a la construcción de viviendas sociales, el problema está aún muy lejos de resolverse en el Nordeste Argentino, entre otras razones, porque su complejidad demanda un abordaje más integral desde la perspectiva de producción real de éste hábitat y de la generación de un territorio más integrado y equitativo, que demanda concomitantemente la profundización de las políticas de ordenamiento territorial y de desarrollo urbano.

Las ciudades del NEA no escapan a dos de las problemáticas generales más significativas que ya han sido advertidas en el siglo pasado: fragmentación territorial y segregación poblacional; por esta razón se hace necesario analizar la forma de producción del espacio social, con el propósito de encontrar estrategias de mitigación de las diferencias que se presentan cada vez más evidentes, creando desigualdades e inequidades que profundizan la vulnerabilidad social. Complementariamente la ruralidad se caracteriza por un continuo despoblamiento, fenómeno que se inició a mediados del siglo pasado pero que se aceleró en los años ’90, en coincidencia con la llegada del modelo agrícola extractivista basado en el cultivo de la soja, que a su vez aceleró la expansión urbana en ciudades metropolitanas e intermedias.

Estos también forman parte de las líneas de trabajo del IIDTHH.

  • Riesgo y vulnerabilidad ambiental

Los conceptos de riesgo y vulnerabilidad son de uso multi e interdisciplinario y en este sentido son transversales tanto a los estudios de Desarrollo Territorial como a los Hábitat Humano. La vulnerabilidad ambiental es un concepto que se relaciona con la mayor o menor exposición que tenga un territorio para ser afectada por un evento (inundaciones, sequías, desertización, cambio climático). En tanto que el riesgo ambiental de un territorio implica entender con precisión los riesgos relacionados con la manifestación de una problemática ambiental y la evaluación de los posibles impactos relacionados con la misma y que pudieran incidir en la comunidad. El conocimiento de esta situación lleva a  tomar medidas correctoras para minimizar estos impactos o aplicar acciones preventivas para evitar que ocurran y de esta manera proteger a la población y los recursos.

El estudio de la vulnerabilidad y el riesgo no solamente tiene como propósito el de diagnosticar e inventariar posibles situaciones sino que también implica la necesidad y el compromiso de desarrollar metodologías, tecnología, recursos o herramientas destinadas a estimar, validar o predecir situaciones de vulnerabilidad y riesgo.

  • Equidad y Justicia socio-territorial y ambiental

El concepto de equidad o justicia socio-territorial o ambiental hace referencia a la necesidad de crear y gestionar territorios equilibrados en términos de acceso a los equipamientos, instalaciones o servicios públicos y a los beneficios ambientales que el medio ofrece. En otras palabras es necesario que los habitantes de un territorio puedan acceder de manera justa en igualdad de condiciones a los servicios ofrecidos por los estados y a las externalidades positivas que ofrece el medio natural. En este sentido los análisis de accesibilidad espacial a los servicios públicos han tenido un fuerte impacto en los países desarrollados tanto para reducir las desigualdades sociales y ambientales como para buscar o diseñar territorios más ecuánimes.

En el Nordeste Argentino se han detectado numerosos casos de polaridad extrema en el acceso a los servicios públicos, lo cual se traduce en importantes asimetrías, inequidades o injusticias espaciales que impedirían el ejercicio efectivo de los derechos de la población a tener una vida digna en una sociedad espacialmente justa, a nuestro entender la inaccesibilidad o baja accesibilidad de la población a los servicios públicos y a los beneficios ambientales nos estaría demostrando la presencia de injusticias e inequidades socio-espaciales y ambientales. Esta temática es de interés de los investigadores, investigadoras, becarias y becarios del IIDTHH.

  • Suelo, Ciudad, Movilidad y Espacio Público

Esta línea está muy emparentada con la anteriormente descrita referida a la producción de hábitat social urbano ya que una de las características de los países en desarrollo es la persistente y creciente inaccesibilidad al suelo apto para la vivienda, bien ubicado, servido y seguro, principalmente para los sectores informales. Los problemas van más allá del acceso a suelo para vivienda de estos estratos, pues de la misma forma, los demás usos que complementan, estructuran y hacen funcionar a la ciudad en su conjunto, tienen cada vez más problemas de acceso al suelo. Sin duda escasez de suelo para la residencia en las ciudades es una constante que ha determinado la aparición de numerosas especulaciones y situaciones de injusticia que el Estado, en numerosas ocasiones, no logra resolver. Paralelamente la ciudad se expande en busca de suelo menos costoso y surge el problema de la movilidad urbana y el transporte público.

La gestión de la movilidad se enfrenta al desafío de ampliar las alternativas de recorridos, diversificar los medios de desplazamiento, alcanzar mayor eficiencia en las ofertas de transporte público, avanzar progresivamente hacia formas de movimiento menos contaminantes, diseñar corredores seguros para los distintos grupos poblacionales. El espacio público constituye también un objeto de estudio central frente a los procesos crecientes de fragmentación-segregación, de percepción de inseguridad y de manifestación de contrastes e inequidades sociales.

  • Cultura del Hábitat y Paisaje Cultural

En esta línea la Cultura del Hábitat se asocia al paisaje cultural y éste es entendido como una herramienta clave en la comprensión y gestión del territorio. En efecto, en la organización del territorio se plasman aspectos materiales e intangibles desde donde resulta factible indagar en los aspectos locales que caracterizan a un determinado paisaje. Por ello se considera que reconocer y poner en valor la singularidad de lo local, con las múltiples miradas de los sujetos que lo co-construyen enriquece el abordaje y las políticas de gestión del territorio y el hábitat. Se busca por tanto avanzar tanto en conocimientos teóricos como de transferencia especialmente en la formación, contribuyendo a construir dispositivos que, incorporados al análisis de la arquitectura y la ciudad, así como a los distintos procesos de formulación de propuestas en estos ámbitos, puedan aportar al logro de un hábitat humano más respetuoso y armónico.