DIVULGACIÓN CIENTÍFICA

Una publicación brinda sugerencias para abordar la gestión urbana con participación de la ciudadanía

Investigadoras del Instituto de Investigación para el Desarrollo Territorial y del Hábitat Humano (CONICET-UNNE) formaron parte de un proyecto para repensar las experiencias de la gestión urbana, en un intercambio directo con referentes de organizaciones sociales de Resistencia y Corrientes.


A través de alianzas institucionales, desarrollaron una publicación con recomendaciones para los procesos participativos de hábitat en contextos de alta vulnerabilidad socioeconómica y habitacional. “Miradas colectivas sobre la participación: sugerencias para la práctica” recopila las experiencias de un grupo de investigadoras junto con organizaciones sociales de Chaco y Corrientes.

El proyecto estuvo coordinado por la arquitecta y magister en Políticas Sociales María Bernabela Pelli del Instituto de Investigación y Desarrollo en Vivienda y del IIDTHH; junto con la doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación María Mercedes Oraisón, del Centro de Estudios Sociales.

Ambos institutos, pertenecientes a las unidades académicas de Arquitectura y Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste, se ensamblaron para elaborar una publicación de sugerencias para la práctica participativa en conjunto con las organizaciones sociales a través de la intervención activa y la reconstrucción de la memoria colectiva de sectores vulnerables de ciudades del nordeste argentino.

“Nos unimos a partir de un interés común, que terminó en este libro. Aunamos las experiencias en distintos proyectos de extensión que tenían como foco los procesos de gestión participativa del hábitat, desde una perspectiva del derecho a la ciudad, con sectores vulnerables de la población”, explicó Pelli.

La investigadora del IIDTH apuntó a la necesidad de abordar las soluciones a problemáticas sociales con la participación de diversos actores: “Es importante romper con la idea de que el conocimiento experto es el único válido. Es clave trabajar junto con las poblaciones y las organizaciones barriales que se encuentran en el territorio, para llegar a propuestas basadas en la construcción colectiva”.

El perfil del grupo que trabaja bajo esta metodología de investigación-acción está compuesto también por trabajadores sociales, y comunicadores sociales, buscan aportar una mirada multidimensional e interdisciplinaria. Así lo destacó la arquitecta y becaria doctoral de CONICET, Noel Depettris: “Lo que se propone es que la gestión urbana empiece a ser una discusión desde el diseño y el proceso, y no sólo el resultado de un plano o un dibujo, para llegar a ello desde otros consensos”.

Depettris señaló la compleja vinculación de la arquitectura como disciplina técnica y las ciencias sociales. Este lazo hace posible la construcción de espacios de debate y búsqueda de un abordaje colectivo de cuestiones como el acceso a la vivienda, la gestión del espacio público, el desarrollo de las ciudades y de infraestructura urbana; retomando las vivencias de quienes habitan los territorios y sus demandas reales.

“La masividad de la condición urbana hace que se empiecen a perder los vínculos entre quienes dirimen las políticas públicas y las necesidades de la población. Hay una pérdida del sentido colectivo y cordones urbanos con enormes desigualdades, respecto a otros sectores. Se hace necesario ir más allá de las políticas asistencialistas y aunar propuestas de cambio estructural, que tiendan vínculos con las poblaciones”, afirmó Depettris.

 

Un producto colectivo

Las reflexiones y propuestas que se comparten en la publicación se estructuran en cuatro capítulos, en los que se introducen reflexiones críticas de los distintos actores sobre sus prácticas cotidianas. El libro busca socializar los recursos para contribuir con el diseño de estrategias de procesos y de gestión participativa más democráticas, para apoyar la labor tanto de las organizaciones de base como de los técnicos y funcionarios estatales involucrados en programas territoriales con componentes participativos.

“Es un producto colectivo, hecho entre todos. Hubo una primera etapa de proceso interno, en el que cada grupo de investigación revisó el trabajo que hizo con distintas organizaciones.  A partir de esta sistematización, empezamos a sacar los ejes conceptuales que atraviesan los procesos participativos y los llevamos a un foro para trabajar con organizaciones sociales de las ciudades de Corrientes y Resistencia”, explicó Pelli.

Estos cuatro ejes de análisis reflejan aspectos que son transversales a las experiencias participativas trabajadas. Las investigadoras puntualizaron que, si bien esta metodología de construcción de conocimiento a partir del intercambio de distintos saberes no es nueva, resulta de relevancia que el sistema científico y las universidades permanezcan con “puertas abiertas” para generar intercambio entre la academia y quienes atraviesan las complejas realidades sociales que viven día a día las comunidades vulnerables.

En el eje Comunicación se abordan los procesos de intercambio y circulación de la información, y se hace énfasis en la participación activa de los grupos interesados y cómo las organizaciones pueden potenciar sus herramientas para alcanzar objetivos. En tanto, en el eje Gestión se abordan las estrategias para la resolución de demandas comunitarias ante el Estado y el rol de intermediación de las organizaciones sociales.

Por otra parte, en el eje de Procesos de Organización se contemplan las memorias, identidad, dinámicas, modos de participación y de resolución de conflictos para la consolidación de las comunidades. Por último, en el eje de Sustentabilidad se hace foco en la construcción de valores y objetivos a largo plazo, a través del establecimiento de estrategias para sostener el trabajo en territorio en el tiempo.

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